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lunes, 3 de abril de 2023

Estadía de investigación Biblioteca Nacional del Perú, 2022

Proyecto Historia del Turismo


                                                                   Barranco, Perú



martes, 6 de junio de 2017

ESTADÍA DE INVESTIGACIÓN BIBLIOTECA NACIONAL DE URUGUAY

Con motivo del proyecto de investigación postdoctoral financiado por CONICYT titulado Inequidad alimentaria y estándar de vida. Las políticas de alimentación popular en el Chile de entre guerra: 1920-1950, se realizó durante el mes de marzo de 2017 una estadía de investigación en la Biblioteca Nacional de Uruguay, con la finalidad de conocer la experiencia de los restaurantes populares creados en Montevideo en los años 1930. 


    Se busca destacar que esta experiencia fue compartida por las naciones del Cono Sur de América, como una forma de atacar el flagelo de la desnutrición. 
                                                                           Atención del    menor por parte de las visitadoras sociales     
                
 Escena de un restaurante popular (empleados)

domingo, 19 de junio de 2016


ESTADÍA DE INVESTIGACIÓN EN LIMA

LOS RESTAURANTES POPULARES DEL GENERAL BENAVIDES 




Con motivo del proyecto de investigación postdoctoral financiado por CONICYT titulado Inequidad alimentaria y estándar de vida. Las políticas de alimentación popular en el Chile de Entre Guerra: 1920 y 1950 se realizó durante el mes de mayo una estadía de investigación en la biblioteca municipal de Lima y Biblioteca Nacional del Perú, con la finalidad de conocer la experiencia de creación de restaurantes populares durante los años 1930. 

   En particular se destaca la influencia que tuvo esta experiencia peruana en la creación de los primeros restaurantes populares en la comuna de Providencia y de Santiago en 1936.    


lunes, 23 de noviembre de 2015



LINEA DE INVESTIGACIÓN 

ESTADO, FAMILIA Y COMUNIDAD EN LAS POLÍTICAS SOCIALES, CHILE, SIGLO XX


La  familia parece jugar el papel de variable dependiente en los estudios históricos sobre las políticas sociales y la constitución de una sociedad de bienestar en Chile, asumiendo su pérdida en importancia en relación directa a la relevancia que adquirieron las prestaciones provenientes del Estado[1]. En algunos casos se ha sugerido que las familias fueron reacias a la intervención, en especial cuando los programas y políticas públicas no tomaron en cuenta sus patrones culturales, mientras que en otros que sus estrategias de subsistencia privilegiaron progresivamente la dimensión económica por sobre la afectiva, siendo receptivas a esa intervención estatal[2]. Sin embargo, muchos de estos planteamientos se basan en apreciaciones generales y en modelos propios a las realidades europeas, sin correlación directa con el desarrollo de los Estados latinoamericanos, sometidos a problemas de legitimidad, clientelismo, falta de recursos, entre otros aspectos. Por el contrario, el peso de la familia, como núcleo de parentesco, parece haber jugado un papel importante en las estrategias de sobrevivencia de los individuos, desde los procesos de transición al capitalismo (1870) hasta la crisis del modelo de bienestar durante los años 1970, independiente del peso relativo del Estado[3]


         Más allá de una perspectiva simplificadora que supone el pensar en un proceso  de constitución de dichas políticas donde la familia -y complementariamente la comunidad- juega un papel central frente a la ausencia del Estado, para luego éste sustituir el conjunto de sus funciones reproductivas, proponemos una reconstitución histórica que complejiza las relaciones entre ambos actores y que reconoce los recursos normativos, valóricos y materiales desiguales que exhibieron durante la primera mitad del siglo XX. Para ello analizaremos algunos importantes hitos que marcaron el itinerario de las políticas sociales en nuestro país, lo que nos permitirá acercarnos a los supuestos ideológicos que sustentaron los debates del periodo, reconociendo los límites siempre difusos entre las funciones del Estado y de las familias.





[1]  Como no se pretende trazar un recorrido histórico de la familia chilena, sugerimos revisar interesantes investigaciones sobre el tema. Ver, por ejemplo, Salinas, René, “Historia de la Familia Chilena. Siglos XVI-XX”, en Rodríguez, Pablo (coord.), La Familia en Iberoamérica 1550-1980. Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2004, pp. 390-427; Goicovic, Igor, Relaciones de Solidaridad y Estrategia de Reproducción Social en la Familia Popular del Chile Tradicional (1750-1860). Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2006; Valdés, Ximena, “Familias en Chile: rasgos históricos y significados actuales de los cambios”, en Arriagada, Irma y Aranda, Verónica  (comp.), Cambio de las Familias en el Marco de las Transformaciones Globales. Santiago, Serie Seminarios y Conferencias. N°42. Cepal-UNFPA. 2004. pp. 335-353; Tironi, Eugenio, Valenzuela, Samuel y Scully, Timothy (eds.), El eslabón perdido. Familia, modernización y bienestar en Chile. Santiago, Aguilar, 2006.
[2]     Para un debate central sobre la relación entre familia y política social se puede citar el estudio de Martínez, Juliana, Domesticar la incertidumbre en América Latina. Mercado laboral, política social y familias. San José,  Editorial UCR, 2008.

[3]           Lamentablemente muchos estudios sobre la evolución de las políticas sociales en Chile durante el siglo XX no consideran el papel (central o residual) de las familias en la formación del Estado de Bienestar, lo que se puede explicar por la importancia asignada a las variables económicas en desmedro de los aspectos culturales. Por ejemplo, Arellano, José Pablo, Políticas sociales y desarrollo, 1924-1984. Santiago, Cieplan, 1985.
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lunes, 16 de noviembre de 2015



INVESTIGACIÓN EN CURSO
FONDECYT POSTDOCTORAL 3160471

INEQUIDAD ALIMENTARIA Y ESTANDAR DE VIDA.
LAS POLÍTICAS DE ALIMENTACIÓN POPULAR EN EL CHILE DE ENTRE GUERRA: 1920-1950.


Tomando como referencia los aportes provenientes de la historia económica y socio-cultural del consumo, buscamos en este proyecto reconstruir el marco histórico que permitió la formulación de una política pública en el ámbito de la alimentación popular en Chile durante el periodo de entre guerra (1920-1950).
          La discusión bibliografía y el estado de la investigación nos permite señalar que es una temática muy poco abordada por la historiografía chilena, en contraste con la centralidad que ha tenido el consumo y, en específico, la alimentación en la construcción de la sociedad capitalista y en la definición de estándares modernos de vida. Esta investigación reconoce la complejidad del fenómeno alimentario (producción, distribución y consumo de alimentos) y las posibles entradas sociales, económicas, culturales e institucionales que permite. Por ello privilegiaremos el análisis de los debates y representaciones que nacen de la puesta en valor de una serie de estudios y encuestas de nutrición elaboradas entre los años 1920 y 1950, lo cual no solo reveló los serios problemas que tenía la población en el acceso desigual a los alimentos, sino también ayudó a definir los estándares de vida aceptados socialmente, orientando las discusiones metodológicas en la elaboración de un costo de vida en 1928 y de un salario mínimo individual y familiar a partir de los años 1930.
          De esta forma buscamos complementar los estudios cliométricos centrados en reconstruir series estadísticas sobre salarios y precios, poco conectados con las políticas públicas del periodo, así como los enfoques culturales sobre la alimentación, enfocados en reconstruir tradicionales culinarias y hábitos de consumo, aunque sin vinculación con procesos más globales. En concreto, partimos de una hipótesis central que reconoce la necesidad de avanzar en la reconstrucción histórica del Estado de Bienestar en Chile, integrando lo que podríamos llamar la “caja negra” de los estudios sobre las políticas sociales del periodo, como son las políticas de alimentación y su incidencia en la construcción de estándares de vida y determinación de los ingresos mínimos.
     Las fuentes para el desarrollo del proyecto provienen de distintas vertientes profesionales, ideológicas e institucionales. Las monografías obreras, encuestas de nutrición, estudios científicos, prensa escrita, archivos del Ministerio del Trabajo y de Salud, publicaciones del Consejo Nacional de Alimentación, reuniones de las Comisión de Salario mínimo, entre otras variadas fuentes, permitirán conocer el estado nutricional de la población, identificar los debates producidos en torno al acceso y distribución de alimentos, determinar los marcos normativos en la institucionalización de una política de alimentación, y evaluar el tipo de vinculaciones establecidas entre una generación de médicos preocupados por el estado nutricional de los sectores populares y la construcción, a nivel del Estado, de indicadores de bienestar y estándares de vida.
        Con este proyecto esperamos sistematizar los escasos estudios sobre la alimentación y nutrición en Chile, posicionar a la Historia como una disciplina capaz de aportar una mirada de largo plazo sobre el fenómeno alimentario y enriquecer las discusiones provenientes de la Ciencia Política y Sociología sobre la construcción de una sociedad de derechos durante el siglo XX. Además, y quizás lo más importante, buscamos que este proyecto sea un primer paso en la formación de un equipo interdisciplinario de estudios sobre la alimentación y nutrición en Chile.

jueves, 22 de septiembre de 2011

LA OIT Y SUS FUNCIONARIOS




PARTE III

LOS FUNCIONARIOS LATINOAMERICANOS EN LA OIT

En el caso de las relaciones entre la OIT y la América Latina, su conducción  estuvo a cargo del corresponsal residente en Madrid Antonio Fabra Ribas.  Licenciado en Filosofía y Letras, había completado su formación con una serie de cursos de economía política, finanzas públicas et derecho administrativo en la Universidad de Barcelona[1]. Fabra Ribas era funcionario del “Instituto de Reformas Sociales de Madrid” y, desde esa plataforma, cumplió una labor importante de difusión de los ideales de la OIT en América Latina. Por ejemplo, de manera temprana publicó un libro sobre la OIT con prólogo de Albert Thomas, que puede ser considerado un primer intento de construir una imagen sobre la institución de Ginebra dirigido al público de habla hispana[2]. 
     Así, contratado bajo el marco del sistema de colaboración externa en 1921, se transformará en un importante funcionario encargado de llevar las relaciones del BIT con América Latina. Su formación profesional muy próxima a las tareas encomendadas por Albert Thomas, así como el manejo de varios idiomas, se cruzaba con sus contactos políticos en España y en algunos países del continente americano.
     Una tarea importante de Fabra Ribas en la oficina de Madrid comprendió la preparación de una edición en español de Informations sociales, la revista de la OIT, donde se seleccionaban artículos de acuerdo a los intereses de la región.
      En su cargo de responsable de dirigir la oficina de Madrid, debía coordinar en algunos aspectos el trabajo de los corresponsales latinoamericanos, en especial cuando tuvo que organizar el viaje de Albert Thomas en América del Sur en 1925.
      Ese acercamiento de la OIT con la región supuso el interés del Director de la OIT de contratar funcionarios latinoamericanos o corresponsales que cumplieran la labor de informantes en los propios países. Al respecto es importante destacar la figura de dos chilenos que tuvieron destacada participación en el trabajo administrativo del BIT.

Carlos García Palacios


Con estudios de Derecho y Filosofía fue contratado en el Servicio de Informaciones y Relaciones del BIT en 1922. Sus responsabilidades estuvieron en un primero momento dirigidas al análisis de la prensa latinoamericana, a la preparación de notas para la revista Informaciones Sociales, y la redacción de cartas y documentos en español. Tuvo un rol importante en la preparación de la visita de Albert Thomas a América del Sur en 1925, y actuando como corresponsal en terreno preparará un informe sobre la situación social y económica de la región del salitre del norte de Chile, en ocasión de esa visita del Director. Informe que publicaremos próximamente.




Moisés Poblete Troncoso

Director de la Oficina del Trabajo durante el gobierno de Arturo Alessandri, redactó el proyecto de Código Laboral presentado al Congreso en 1921. Reconocido por su formación universitaria, sub-secretario de Estado de la Previsión y del Trabajo, profesor a la Universidad de Chile, Moisés Poblete fue contratado en 1927 por el BIT de manera temporal. Incorporado a la División de Relaciones, en categoría miembro de sección B, sus funciones serán las siguientes: a) ocuparse de las relaciones con Chile, b) dirigir la preparación de un volumen de la serie legislativa sobre la legislación social sudamericana, c), intensificar el esfuerzo de ratificación de los países sudamericanos[3]. En 1929 Poblete devendrá funcionario permanente.
       Como funcionario encargado de las relaciones con América Latina, será responsable de hacer la primera recopilación sobre la legislación social del continente, publicada en dos volúmenes en 1928[4].  



[1] AOIT, P2228, Fabra Ribas
[2] Antonio Fabra Ribas, La Organización internacional del trabajo, Madrid, Javier Morata Editor, 1925
[3] « Extrait du rapport du 3 mai 1927, N°33 », AOIT, P 2037, M. Poblete Troncoso.
[4] OIT, Legislación social de América Latina, Vol. I-II, Ginebra, OIT, 1928-1929.

miércoles, 10 de agosto de 2011

LA PRIMERA BUROCRACIA SOCIAL

PARTE II

LA OIT Y SUS FUNCIONARIOS


El estudio de una burocracia internacional ha sido objeto de interés en el último tiempo. Largamente desdeñada de los estudios de las instituciones internacionales, se ha colocado atención en ellas por la capacidad de iluminar la vida cotidiana de las mismas organizaciones, también por la posibilidad que ofrecen de pensar el desarrollo administrativo más cercano a los actores y sus prácticas, así como para poner el acento en los conflictos que cruzaban en su etapa inicial de reconocimiento: su dimensión técnica, valórica, incluso política[1].
    La formación de una burocracia social en la OIT no fue fácil, considerando las dificultades presupuestarias, la ausencia en la época de prácticas de reclutamiento y de carrera funcionaria, o por los mismos eventos políticos y económicos de los primeros años[2].
      El rol de esa primera burocracia social no es despreciable teniendo en cuenta la necesidad de avanzar en una institución portadora de los ideales de paz universal y de justicia social después de la Primera Guerra mundial. Si la OIT había supuesto un modelo de organización institucional plenamente innovador con respecto a las precedentes organizaciones de naturaleza social -al incorporar la participación tripartita y la reunión de conferencias anuales para vigilar la puesta en práctica de una legislación social-, en materia de formación de una burocracia interna la OIT avanzó también en la modernización permanente de sus procesos administrativos. Al respecto es necesario señalar la capacidad de la OIT en construir un cuadro administrativo competente en materia de trabajo, abierto a varias nacionalidades y con un programa de promoción basado en informes anuales que aseguraban el compromiso del personal.
         El status de los funcionarios del BIT era de funcionario internacional, no sometido a la soberanía de los Estados y comprometido con la institución de Ginebra a partir de la firma de un contrato de lealtad.


                                             

       Un aspecto también innovador dice relación con la creación de oficinas de correspondencia y de corresponsales repartidas por el mundo. La necesidad de establecer relaciones constantes con la marcha política y social de las naciones más importantes, así como el peligro de formar una organización excesivamente centralizada, llevó a la OIT a conformar una burocracia verdaderamente internacional.  
     




[1] François Dubet, Le déclin de l’institution, Paris, Seuil, 2002.
[2] Un interesante y casi único trabajo sobre la burocracia de la OIT es el de Veronique Plata, Le recrutement des fonctionnaires du Bureau international du travail en 1920 : une approche prosopographique, Université de Genève, 2010. 

lunes, 18 de julio de 2011

LOS ARCHIVOS DE LA OIT

LOS ARCHIVOS DE LA OIT: de un centro de documentación a un reservorio de la conciencia social

Iniciamos con esta publicación una serie de relatos sobre los archivos existentes en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con sede en Ginebra y que son fundamentales a la hora de trabajar temáticas laborales en un contexto de estudios transnacionales.





PARTE I   EL GABINETE DE ALBERT THOMAS

El origen de la OIT es bien conocido y se enmarca en los acuerdos del Tratado de Versalles que ponen fin a la Primera Guerra Mundial. Albert Thomas dirige la Oficina internacional del trabajo (BIT), la cual cumple funciones de consejo ejecutivo, entre 1920 y 1932.
     Es así como los archivos de la OIT se confunden en un primer momento con la documentación que va reuniendo Albert Thomas a través de sus viajes, reuniones, cartas y documentos oficiales. Solo con el tiempo, y cuando la funciones del BIT se centren en su sede definitiva en Ginebra, se irán diferenciando la documentación oficial del Registro central y la documentación más personal y directa del Director Albert Thomas. Así nace el Fondo o más conocido Gabinete Albert Thomas.

     El Gabinete está formado por:

a)      Correspondencia.
b)      Textos de discursos, conferencias, artículos, etc.
c)      Notas, informes, estudios de corresponsales.
d)     Libros, manuscritos y artículos de periódicos.

     Tal como señala Romo Becci, “este conjunto de alrededor de 32 metros lineales aporta preciosa información sobre el hombre, el hombre de corazón, de pensamiento y de acción, el negociador, el realizador, el administrador, el director, el animador, el orador, el escritor, el hombre político; y también sobre la vida y la actividad del BIT, sobre las cuestiones sociales e incluso sobre algunos grandes problemas de política internacional para el periodo comprendido entre 1913 y 1932” (Les Cahiers Irice, N°2, 2008).
    
Los viajes de Albert Thomas:

Un aspecto fundamental para conocer la naturaleza del funcionamiento del BIT, así como las modalidades de organización de la información por parte del Gabinete Albert Thomas son los viajes de su Director. Se calcula que entre 1920 y 1932 visitó 39 países en las más variadas partes del mundo, uno de cuyos viajes lo trajo por América del Sur en 1925.



jueves, 26 de mayo de 2011

LES ENJEUX TRANSNATIONAUX DANS LA CONSTRUCTION D’UN LABORATOIRE SOCIAL REGIONAL


   
                               
L’OIT ET L’AMERIQUE DU SUD (1919-1946)

I.- Introducción

Este proyecto de investigación nace de la necesidad de reflexionar sobre los procesos transnacionales en la formación de un campo social latinoamericano. Ese campo social supone un espacio o dominio donde diferentes actores actúan y buscan legitimarse frente a problemas que no son ni políticos, ni económicos estrictamente hablando, sino sociales. Es decir que comprenden un amplio espectro que puede ir desde los problemas del trabajo hasta las condiciones de vida en general. 
         Frente a una historiografía latinoamericana centrada en los procesos de formación del Estado nación o en la dimensión nacional de las temáticas analizadas, este estudio busca situarse a contracorriente de esas perspectivas. En el cruce de la historia del trabajo, de las instituciones internacionales, de la cooperación regional, de las políticas sociales y de la historia de la producción de saberes, la investigación busca tomar como eje la dimensión transnacional de cada uno de esos desarrollos.


II.- FORMULACION


Si la mayoría de las investigaciones actuales sobre la formación del Estado social se reconocen pertenecientes a la corriente de los estudios transnacionales[1], cada una ha debido de dar cuenta cómo sus perspectivas analíticas sobrepasan, confrontan y subvierten lo nacional, siguiendo la bella expresión de Pierre-Yves Saunier[2]. Ese modelo de internacionalización de lo social busca explicar la puesta en práctica de reformas sociales en diferentes países de una manera paralela. Por ello se recurre a algunas variables principales: la existencia de un área de circulación de ideas, de programas y de políticas que comprenden el espacio físico donde las experiencias sociales son compartidas y discutidas; una red de reformadores sociales que se benefician de encuentros, de congresos, de traducciones y de lecturas para desarrollarse; y las instituciones, por lo general de carácter internacional, que organizan los campos de acción de la reforma social y que al mismo tiempo ayudan a internacionalizar las redes existentes o a crear nuevas redes.
         América Latina es una región rica para el estudio de este tipo de experiencias. Por ejemplo, los congresos y las conferencias panamericanas fueron importantes medios de difusión de nuevas corrientes sociales e instancias de producción de saberes durante la primera mitad del siglo XX. Notablemente los congresos científicos americanos  y algunas instituciones de difusión del pensamiento social –como el Museo Social Argentino– jugaron un rol importante. Las Oficinas o Departamentos del trabajo que nacieron durante la primera y segunda década del siglo XX fueron instituciones propicias para la formación de una burocracia social con alcances internacionales.
         El objetivo central del presente proyecto es investigar cómo se ponen en práctica las circulaciones, los marcos de relaciones, las transferencias y los programas de acción transnacional lentamente incubados en los primeros años del siglo XX en torno a una nueva institución que portará los valores sociales universales como marca de origen: la Organización Internacional del Trabajo (OIT).  Así, de esta forma, se busca articular en una dimensión global y de una manera concreta las variables anteriormente planteadas: una intelectualidad activa y con lazos internacionales, los problemas sociales que poco a poco comienzan a ser pensados en su dimensión global, la formación de una burocracia nacional con proyecciones internacionales, etc.    
          Es necesario ponerse a la defensiva de las perspectivas puramente institucionales que han abordado el estudio de las organizaciones internacionales, para situarlas en los contextos históricos y geográficos concretos, además de reconocer el rol catalizador de la OIT en el desarrollo de procesos de carácter regional[3]. Todo esto obliga a la institución de Ginebra a estar atenta a lo que pasa en el continente y a ser receptiva a la influencia que producen los diagnósticos, los discursos y las lecturas sobre la realidad latinoamericana.
         El estudio del posicionamiento de la OIT en el continente americano puede ser organizado en torno a dos grandes momentos:
a) Los primeros contactos de la OIT con la región. Las vinculaciones que la OIT logra establecer con las Oficinas o Departamentos del trabajo de las principales naciones del continente. Aquí juegan un rol importante los viajes que Albert Thomas (Director de la OIT) realiza a México en 1923 y a Sudamérica en 1925.
b) Toda la etapa de colaboración técnica que se inicia con el desarrollo de los Congresos Regionales del Trabajo entre 1936 y 1946, desarrollados sucesivamente en Santiago de Chile, La Habana y Ciudad de México. Esta etapa continúa con las sucesivas misiones técnicas de la OIT para asesorar a los gobiernos de la región en la reforma de sus códigos del trabajo o en la implementación de los sistemas de seguro social.
         En esta etapa la noción de laboratorio social regional es clave, ya que actúa, en primer lugar, como categoría analítica que sitúa localmente aquello que ha sido estudiado para otros lugares del mundo con pretensiones universales[4] y, en segundo lugar, como concepto operacional que permite poner en valor todo aquello que circula en esta área de circulación americana. Área de circulación donde los intereses de la OIT, de los gobiernos nacionales, de las instancias de cooperación regional (como la Unión Panamericana), de las instituciones filantrópicas, de las organizaciones sindicales, del empresariado nacional, entre otros actores, son confusamente mezclados. Finalmente ese laboratorio regional supone el análisis de los instrumentos y de los procedimientos de intervención desarrollados por las instancias de cooperación regional y en que OIT se transforma en un socio clave para la América Latina.

III.- FUENTES Y ARCHIVOS:

El primer elemento a tener en cuenta en un estudio que busca a poner en evidencia amplias áreas de circulación es la dispersión de las fuentes. Por este motivo se ha elegido trabajar las fuentes disponibles para organizar un listado de recursos puestos a disposición por las diferentes instituciones que ofrecen una documentación importante para cada tema. El criterio de selección es el alcance internacional de los debates, de las opiniones y de los temas que esas instituciones o fuentes tratan. Por ejemplo, una fuente como los archivos de la OIT en Ginebra es fundamental porque por su naturaleza de institución con pretensiones universales concentra una gran cantidad de información sobre los países miembros y en consecuencia un material precioso sobre muchos temas relativos a lo social y al trabajo. Como complemento, la información que ofrecen los archivos y las publicaciones de las Oficinas o Departamentos de los distintos países es importante por la construcción de un punto de referencia local que permite reflexionar sobre las instituciones y una burocracia social en paralelo al nacimiento de la OIT. La perspectiva comparada favorece la comprensión de la institucionalidad de cada país (Departamentos del trabajo, legislación laboral, dinámicas sindicales, etc.) en relación a los ritmos impuestos por las realidades nacionales y regionales.  




[1] Pierre-Yves Saunier, “Les régimes circulatoires du domaine social 1800-1940 : projets et ingénierie de la convergence et de la différence”, Genèses, Nº71, Junio 2008 ; Pierre-Yves Saunier, “Circulations, connexions et espaces transnationaux”, Genèses, Nº57, Diciembre 2004 ; Sandrine Kott, “Une ‘communauté épistémique’ du social ? Experts de l’OIT et internationalisation des politiques sociales dans l’entre-deux-guerres”, Genèses, Nº71, 2008.
[2] Pierre-Yves Saunier, op. cit.
[3] La formación de organizaciones sindicales con ambiciones continentales, como la CTAL, es un buen ejemplo de los procesos de integración regional cada vez más comunes al continente. 
[4] Christian Topalov (Ed.), Laboratoires du nouveau siècle. La nébuleuse réformatrice et ses réseaux en France, 1880-1914, Paris, EHESS, 1999 ; Ives Cohen et Rémi Baudouï (Ed.), Les chantiers de la paix sociale (1900-1940), Fontenay/Saint Cloud, ENS Editions, 1995 ; Sandrine Kott, “Une ‘communauté épistémique’ du social ? Experts de l’OIT et internationalisation des politiques sociales dans l’entre-deux-guerres”, Genèses, Nº71, 2008.