ENTREVISTA RED HISTORIA BARILOCHE, DICIEMBRE 2014
RECABARREN: A
90 AÑOS DE SU MUERTE (1924)
Periodista:
Profesor, usted se ha dedicado a estudiar el Estado Social, la cuestión social
y el movimiento obrero en Chile. Además viene de dar su examen de doctorado
sobre la acción de la Organización Internacional del Trabajo en América del
Sur. ¿Cuál es su relación con la figura de Luis Emilio Recabarren?
Juan Carlos Yáñez: Es como la de cualquier investigador. No soy
especialista en Recabarren, pero me ha interesado su figura y su labor a
propósito de mis propios estudios sobre la cuestión social y las posturas del
movimiento obrero sobre la legislación social. Hay muy buenas investigaciones
sobre Recabarren, destacándose en los últimos años los estudios de Jaime
Massardo, Julio Pinto y Sergio Grez.
P: Nos podría
comentar ¿qué tienen de común y de distinto estas investigaciones?
J.C.Y.: Bueno, en principio me parece que son trabajos que buscan mirar
al líder obrero despojado de toda hagiografía que fijó la historiografía clásica
de izquierda o los memorialistas de los años 50 y 60 del siglo pasado. Ni
héroe, ni mártir, más bien figura y liderazgo clave para pensar la formación de
un movimiento obrero de carácter moderno. Por ello, ya sea en las perspectivas
que han apuntado a estudiar el ideario político de Recabarren o su acción
social-sindical todas buscan contextualizarlo en los procesos históricos y esto
es un avance.
P: Ahora no deja de
ser paradojal que la historia social que ha cuestionado la mirada tradicional
de hacer historia, centrada en personajes por ejemplo, se apoye en la figura de
Recabarren para explicar el movimiento obrero.
J. C. Y.: Es cierto. Si creemos la declaración de principios que
hace Julio Pinto y Gabriel Salazar en su Historia de Chile tomo I de Lom
Ediciones (no tengo la referencia exacta en este momento), se cuestiona la
historia oficial de Chile enfocada en la presencia de personalidades, héroes de
bronce me parece que es la figura que utilizan. El pueblo debiera ser rescatado
en su potencialidad constructora ¿no? En su potencialidad de soberanía, de construcción
de historicidad. En este sentido me parece legítimo que la Nueva historia Social
le interese promover investigaciones sobre Recabarren (en especial cuando se
utilizan perspectivas comparadas con otros liderazgos, como Alessandri), el
problema es que no se ofrece ningún debate teórico sobre cómo insertar estos
liderazgos en una historia social que por definición es colectiva. Entonces, las figuras y personalidades
funcionan y sirven cuando se hace historia social, pero no cuando se trata de
la historia oficial. Creo que esa contradicción se supera ofreciendo una
perspectiva crítica de cómo situar el liderazgo de Recabarren en la Nueva
Historia Social, cosa que modestamente creo no se ha hecho.
P: ¿Pero cuál
debiera ser la relación entre biografía e historia social?
J.C.Y: Insisto, no soy especialista en Recabarren, pero creo que el
peligro de toda biografía, inclusive la de Recabarren, es creer que el
personaje lo es todo, caer en el subjetivismo puro. El retorno al sujeto, así
como las miradas micros parecen estar en boga, pero sin pensar los procesos
históricos de más largo plazo no sirve de mucho. Lo segundo es la tendencia al falseamiento
de toda biografía, lo que llama Pierre Bourdieu “la ilusión biográfica”, es
decir la tentación de todo biógrafo de caer en la reconstrucción de una vida
entendida como unidad perfecta, recorrido lineal, arquetípica en cierta forma. Qué es la biografía, ¿sino la construcción a posteriori de un todo coherente y
orientado bajo un orden cronológico y dotado de significación?
El desafío de toda biografía sobre Recabarren es que debe acompañar
el drama de la propia vida del líder obrero ¿no? El tema del suicidio hace más
compleja la biografía porque en este caso no hay contexto político que lo
explique (como en Balmaceda y Allende), es parte de un drama
personal que nunca se nos revela completamente. Es extraño, pero todas las
biografías históricas sobre Recabarren le dedican pocas líneas al suicidio. No
creo que la labor del historiador sea mostrar las claves o las razones que
expliquen este hecho, lo que quiero decir es que los intentos últimos de
reconstruir una vida coherente sobre Recabarren deben necesariamente dar cuenta de si el suicidio se inserta o no en esa reconstrucción coherente que se hace de
su vida de luchador social.
P: Ahora ¿hay algún aspecto que le interese en particular de la
acción de Recabarren y que considere que no haya sido tratado por la
historiografía? (Recabarren en Moscú, 1922)
J.C.Y. Dejemos algo en claro, me parece que hoy día conocemos
prácticamente en profundidad la vida de Recabarren, más allá de ciertos
prejuicios o intereses que mueven a algunos investigadores a destacar algunos
aspectos por sobre otros. En mi caso me ha interesado mucho la labor
parlamentaria de Recabarren, porque en esa etapa se ponen en juego tanto las
posiciones que el liderazgo socialista-comunista tuvo frente a la acción
parlamentaria en general y en particular en torno a la legislación social. La
historiografía no había destacado mucho su labor parlamentaria, me parece que
los últimos trabajos de Julio Pinto y Sergio Grez han avanzado en destacar este
aspecto. Por ejemplo, los distintos proyectos de legislación social que
presentaron tanto la Federación Obrera de Chile como Recabarren muestran los
intentos del comunismo chileno de construir una política parlamentaria y de
modernización de su estructura partidaria antes del proceso de bolchevización
estudiado por Olga Ulianova y Riquelme de 1927 en adelante. Los intentos por
parte de Recabarren de mostrar que su proyecto de Cámara del Trabajo era una especie de soviets que debían
replicarse en las industrias chilenas, es un intento artificioso y tardío por
hacer compatible su acción parlamentaria y su comunismo. El rechazo de la elite
parlamentaria nos habla del desconocimiento y temores que tenían los partidos
tradicionales sobre el comunismo de Recabarren, pero también la incomprensión
del líder obrero de entender que su proyecto se insertaba en toda una historia
de reivindicaciones populares.
Otro dato, los
corresponsales de la Organización Internacional del Trabajo cuando analizaron
el comunismo de Recabarren utilizaron su labor parlamentaria para calificar a
Recabarren como socialdemócrata y que su comunismo no difería demasiado de las
posiciones social-demócratas que había manifestado anteriormente en sus
escritos. Dicho en términos concretos:
Recabarren fue un social-demócrata y su comunismo responde más bien a una
evolución propia que a la recepción que haya hecho de la Revolución Rusa.
P: ¿Cómo evaluaría la labor político-parlamentaria de Recabarren,
en especial desde la creación del Partido Comunista en 1922 hasta su suicidio
en 1924?
J.C.Y.: No soy de aquellos que enarbolan críticas a la acción
política de Recabarren, más allá de los errores cometidos en particular en la afiliación
de la FOCH a la Internacional Sindical y la partida de importantes militantes
obreros. Creo que las promesas incumplidas de Recabarren en tratar de
modernizar al Partido Comunista a
propósito de su participación parlamentaria nos hablan del excesivo
personalismo que manifestó en este periodo. Por ejemplo, el periódico de la FOCH
nos informa en su edición del 3 de enero de 1922 (es decir en plena realización
de la Convención que fundó el Partido Comunista de Chile) que se había aprobado
una moción de Recabarren en orden a que el Comité Ejecutivo debería ir normando
y señalando la labor que debían hacer los representantes comunistas en el
Parlamento y en los municipios, una versión popular de los tradicionales
comités de partidos que funcionaban en el parlamentarismo y que permitía asegurar una línea política en el desorden
parlamentario. El que no haya funcionado las medidas de control y de conducción
de la labor parlamentaria de los representantes comunistas nos muestra la conducción
personalista que tenía Recabarren del Partido y explican las críticas que se
comenzaron a escuchar sobre su conducción a partir de 1923.
P: Para terminar. ¿Qué opinión le merece la reconstitución que se
hizo por parte de la tradición socialista y comunista de la figura de
Recabarren?
J.C.Y.: Bueno, tal como lo han señalado Olga Ulianova y Jaime
Massardo, la reivindicación que se hace de la figura de Recabarren se hace en
la segunda mitad de los años 1930 con el cambio de posición de la Internacional
Comunista y la promoción de la política de frentes populares, ante lo cual el
líder obrero aparece como la fórmula para vincular el proceso político de la
época con la tradición obrera de la cual era heredero. Ahora lo interesante es
que este proceso de rehabilitación de la figura de Recabarren no provino del Partido
Comunista ni del Partido Socialista, sino de la IZQUIERDA COMUNISTA (liderada
por Manuel Hidalgo) coincidiendo con la conmemoración de los 10 años de su
muerte, en 1934. Entre 1933 y 1934 se escucharon en los congresos del Partido
Comunista de Chile y la FOCH cosas terribles como que “Recabarren NO NOS ENSEÑÓ
ABSOLUTAMENTE NADA”. Es por eso que la Izquierda Comunista reivindica la figura
de Recabarren, tanto como para señalar la necesidad de vinculación histórica
nacional del comunismo chileno, como para apoyar su distancia con el
estalinismo del PC chileno. Entonces la rehabilitación de la figura de
Recabarren se hace por las necesidades de los comunistas hidalguistas de
defensa de sus propias posiciones políticas del periodo.
“No es raro-señala una
publicación de la Izquierda Comunista-, entonces, que la burocracia estaliniana
que ha desfigurado la Revolución Rusa, que ha podrido la Tercera Internacional,
que ha llevado a la derrota al proletariado de China y Alemania, que ha pactado
con el fascismo, que se ha entregado al imperialismo francés, que ha reconocido
derechos y coloniales a los Estados Unidos, que se ha unido a los bandidos
imperialistas de la Liga de las Naciones
y que ha escindido todo el movimiento obrero, haya dado instrucciones a sus
agentes oficiales para que ataquen a Recabarren y oculten su obra.”